¿Qué hacer cuando las cosas no salen según lo planeado?

Todos enfrentamos desafíos en la vida, y a veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, podemos caer en antiguos patrones o comportamientos no deseados. Esto es lo que comúnmente se conoce como una recaída. En este artículo, exploraremos qué es una recaída, por qué ocurren y cómo enfrentarlas de manera efectiva.

¿Qué es una recaída?

Una recaída se refiere a un retroceso en el progreso que se ha logrado en la recuperación de una adicción, una enfermedad mental o cualquier otro tipo de comportamiento problemático.

Puede ocurrir después de un período de abstinencia o de mejora, y puede ser desencadenada por diversas razones, como situaciones estresantes, desencadenantes emocionales, presiones sociales, falta de apoyo o simplemente la sensación de que las cosas no están saliendo como se esperaba.

Las recaídas son comunes y son una parte normal del proceso de recuperación en muchas áreas de la vida, incluyendo la adicción a sustancias, la adicción conductual, la salud mental y otras formas de comportamientos problemáticos.

Por qué ocurren las recaídas

Hay varias razones por las que las personas pueden experimentar recaídas. Algunos de los factores comunes que contribuyen a las recaídas incluyen:

Factores de estrés: El estrés puede ser un desencadenante significativo de las recaídas. Las situaciones estresantes, como problemas en el trabajo, conflictos familiares, dificultades financieras o eventos traumáticos, pueden abrumar a una persona y hacer que busque formas antiguas y familiares de hacer frente, incluso si son perjudiciales.
Desencadenantes emocionales: Las emociones intensas, como la tristeza, la ira, la ansiedad o la soledad, pueden ser desencadenantes para una recaída. Algunas personas pueden recurrir a comportamientos problemáticos como una forma de lidiar con estas emociones incómodas.
Falta de apoyo: La falta de un sistema de apoyo sólido puede aumentar el riesgo de recaídas. El apoyo de amigos, familiares, terapeutas u otros profesionales puede ser fundamental en el proceso de recuperación y ayudar a prevenir recaídas.
Complacencia: Después de un período de mejora o abstinencia, algunas personas pueden caer en la complacencia y descuidar las prácticas y los hábitos que les ayudaron a mantenerse en recuperación, lo que aumenta el riesgo de una recaída.
Patrones de pensamiento negativos: Los patrones de pensamiento negativos, como la autocrítica, la baja autoestima o la falta de confianza en uno mismo, pueden desencadenar comportamientos problemáticos y aumentar el riesgo de recaídas.

Cómo enfrentar las recaídas

Enfrentar una recaída puede ser desafiante, pero es importante recordar que es parte del proceso de recuperación y que no significa que hayas fracasado. Recuerda que en Clínica La Esperanza contamos con un equipo multidisciplinario de profesionales dispuestos a ayudarte en este proceso. ¡Juntos lo hacemos posible!